Imaginación surfea las nubes, pero resbala,
pierde gas, derrapa en corvas de horizonte
y escurren ojos en las cuestas de los montes,
se retuercen en aquel humo que se exhala.
Todo porque vi una ventana abierta para mí.
La mente creó alas, bebió oxígeno azul cielo.
El paisaje, me abrazó descerrando su velo…
Alzó colores, ganaron vida e hicieron motín...
Barajada la escena, se quedó añil la grama,
verde el firmamento , el cerro se enrojeció,
con tinta de amapolas y la flor oscureció...
la iris, ávida a tantos matices se amalgama.
El delirio hace la cama y la poetisa se echa.
Por ahora estoy sin freno en ese devaneo...
Hasta que una estrella, aterrizada de permeo,
impida el camino y la mágica sea deshecha…
Rosemarie Schossig Torres
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