Surge
y esparce por mi pequeño universo
lo
que cogió mas allá, en el aire, disperso.
Susurros,
voces, el aroma de misteriosa flor.
Y
hoja tras hoja abre mi libro ese viento.
Nacen
cientos de finas páginas, ilegibles,
líneas
táctiles; ahí voy tocar puntos sensibles.
Emociones
de gas que brotan de los momentos.
Mínimas
porciones... ¡Filamentos que sienten!
Un
vaivén de nuevas sensaciones, simientes,
de
los futuros gestos, amores; el ánima silente.
Lunas
manifiestas en mi jardín se reflejan.
...
Llegan aquí en ese lugar, el último refugio,
adonde
acaba todo el cuerpo y principia el alma.
Límite
entre dentro y fuera; el ego empalma.
Aquí
me entrego, a la verdad sin subterfugio.
Rosemarie
Schossig Torres