La tristeza es fuente de inspiración sin fin.
El verso: suave disfraz, calurosa alegoría.
Estrofas colorean sus labios con carmín;
traje de brillos y matices, dulce querubín,
que viene romper el luto de la melancolía.
Capa para sentimiento de frígida estructura.
Arropar de palabras como se visten los lirios.
Envoltura fofa en nuevo ardil y arquitectura.
La agonía, cuando está desnuda, sin pintura,
es púa en el alma, que junta nuevos martirios.
El compositor sopla en las letras su melodía.
Al conjunto que surge llamamos de canción,
arreglo que hace bailar el dueto dolor-poesía.
Un bello camuflaje para abrigar la desilusión
Rosemarie Schossig Torres
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