Se tienes que venir dolor,
vengas de alcanfor untada.
Garras de velludo amortiguador
y de peluche tu puñalada.
Con dulce dilaceración,
me arañe tu hiel...
De guante tu vocación
y a mi talle seas fiel.
Se tienes que me amar, dolor.
Que sea de mal grado.
Pasión breve, sin ardor,
brasa tibia, fuego cansado.
Afloja los lazos enemiga!
Tu amnesia venga me socorrer,
omisión que abriga...
Y te olvides del ofício de doler
Pero cuando todo sea inutil,
el tiempo abogará a mi favor.
Serás traste hueco y fútil.
Entonces diré: perdistes el vigor.
Ahora eres página pasada.
Ya anduve por tu imperio;
conozco tus trucos; jugadas.
Perdistes el poder del misterio.
Antes que cierren las puertas,
bese musa caduca de la agonía,
aún que sea en líneas tuertas,
en mi piel cansada una poesía.
Rosemarie Schossig Torres
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